jueves, 28 de mayo de 2009

Como decíamos

Como decíamos (a partir de ahora escribiré en plural mayestático), tengo la intención de actualizar este blog semanalmente. Casi dos meses después de la primera, aquí llega la segunda entrada.
Ayer ganó el Barça. Pero ganó de verdad. No se puede ganar más, no se puede ganar mejor. Yo (perdón, nos), madridista renegado, creía que me alegraría su victoria. (Nota: ya paso del plural mayestático, cansa mucho; para que luego digan que ser rey es fácil) Mas no. No me alegro. Tampoco estoy rabioso, ni envidioso. Estoy ligeramente entristecido. El motivo es que he visto lo que el fútbol es capaz de ofrecer. Todo es mejorable, etc, pero yo nunca había visto algo como lo del Barça este año. Me han enseñado el cielo y - como por otra parte cabía esperar - se parece demasiado a la tierra.
En fin, queda confirmado: el fútbol es una mierda, y sólo se sotiene por el forofismo. Ver cómo lo borda un equipo que no es el tuyo es como descubrir que tu mujer se ha convertido en la amante perfecta, pero eso sí, de otro. Uno puede encontrarle un cierto placer estético al observar sus evoluciones desde el armario entreabierto, o incluso sentirse orgulloso de que su esposa haya asimilado tan bien las lecciones que uno le impartió con infinita paciencia. Pero el orgasmo se lo está llevando puesto el butanero.