sábado, 13 de junio de 2009

En el bar ya no se habla de fútbol, sino del retorno de las inversiones en el mercado chino

La polvareda levantada por Florentino se me ha metido enterita en los ojos. Me pica la mojigatería de los que se preguntan "cómo se puede pagar ese dinero por una persona", como si esto tuviera algo que ver con alguna persona. Para colmo van y lo vinculan con la crisis. Me pregunto si Lucía Méndez rebusca en los cubos de basura y si no cobra un sueldo.
Me irritan los que nos explican que es una jugada maestra, que en realidad es una inversión rentable de inmediato, ya saben, por las camisetas que se venden y los derehcos de imagen (sean lo que sean). Me parto con las camisetas. Me pregunto: si es tan fácil, ¿por qué sólo lo hace Floren? ¿Por qué no llega ahora Berlusconi y paga 120 kilos por Messi? No, mejor aún: ya que Floren está pillado, ¿por qué el resto de los clubes no fichan a periodistas deportivos como presidentes? Al fin y al cabo, ellos son los segundos en darse cuenta de cuán fácil es.
Me escuece Cristiano Ronaldo. Ojo, que no digo que no sea el mejor futbolista del mundo. Es posible. Pero es que no me gusta nada. Y sé que no estoy solo. Nosotros, que vimos a Zidane.
Me harta el fútbol. Me harta la frase "es negocio antes que deporte". Me hartan los chinos. Por lo visto el hecho de que ahora millones de chinos (aunque no se sabe cuántos millones) vean fútbol, ha inclinado más la balanza hacia el lado del negocio. Si de verdad hay una balanza, nosotros, los consumidores, estamos en un platillo junto con los chinos. Y en el otro nadie alcanza a ver lo que hay. Dicen que unos tipos en pantalón corto, pero con tanto jaleo todo se ve muy borroso.
También se me clavan en el cristalino las metáforas: parece ser que el Madrid de Florentino será una superproducción. Y el Barça de esta año qué es: ¿cine de autor?
Ahora veo que Lucía Méndez tiene razón, esto de CR tiene todo que ver con la crisis. Pero no de la forma en que ella cree. El problema son las metáforas y las explicaciones. Viene uno con nueva palabrería y todo el mundo le cree. "Superproducciones". "Vender camisetas". "Mercado global". Y al final uno se siente un poco tonto, como si pensara de una forma antigua, como si le faltara un MBA, cuando se pregunta si a Kaká, a CR y a Villa el balón se lo va a tener que pasar Gago o Guti H. Lo peor de Florentino no es que sea rico, ni que se gaste dinero en estos tiempos de crisis (yo me acabo de comer un helado que no necesitaba para sobrevivir). Lo peor es que está empeñado en que en el bar no se hable de mediocentros, ni de entrar por las bandas, sino de vender camisetas, de retornos de inversiones y de las masas de chinos sedientas de madridismo.

domingo, 7 de junio de 2009

Europeos

Los resultados son buenos. Muy buenos. Y totalmente insuficientes. Nada va a cambiar después de esto. Por lo menos en los próximos meses.

Evidenemente UPyD es más conocida y hemos conseguido bastantes más votos con mucha menos participación. Ahora mismo nos dan un 2,86% de participación, y si no recuerdo mal en las generales estuvimos por el 1,3%. O sea, más del doble.

En Madrid el resultado es espectacular: un 6% de los votos, muy por delante de IU.

Me he pasado todo el día con un mal pálpito. El único sondeo que se ha hecho, uno de la COPE, nos daba apenas el 1,7%, lo que no nos garantizaba el escaño. Francamente, lo he visto muy crudo. Al final, bien.

Pero qué difícil es. Qué duro. Es posible que la militancia me ciegue, pero de verdad que no puedo entender que existiendo una opción como UPyD - sin sobreestimarla, considerémosla simplemente como normalita - todavía haya tanta gente que vota a los hunos y a los hotros. Y tanta gente que no vota.

Creo que el primer gran objetivo de UPyD debería ser romper el statu quo. Pajín lo ha dicho hoy en su comparecencia sobre los resultados - en general tan delirante como siempre, pero en esto totalmente acertada -: los resultados del 7-J muestran de nuevo una situación de equilibrio entre los dos grandes partidos. Así, el electorado "se inclina a favor de uno u otro en función de circunstancias coyunturales" y "esta circunstancia se repite en cada proceso electoral"

Lo primero que se me ocurre es si dentro de esas circunstancias coyunturales incluye el atentado del 11-M. Pero aparte de eso, el hecho de que lo mencione significa que les preocupa, que están atentos. El cortijo tiene dos dueños y sólo hay que gestionar una coyuntura. Con esto es con lo que hay que acabar, en mi opinión.
En fin, habrá que conformarse, incluso estar contentos, y esperar que el gran salto se produzca en las próximas. Hay que ser decisivos. Hay que condicionar el gobierno y hay que dirigir el debate adonde tiene que estar.
Habrá que seguir con ello.


jueves, 28 de mayo de 2009

Como decíamos

Como decíamos (a partir de ahora escribiré en plural mayestático), tengo la intención de actualizar este blog semanalmente. Casi dos meses después de la primera, aquí llega la segunda entrada.
Ayer ganó el Barça. Pero ganó de verdad. No se puede ganar más, no se puede ganar mejor. Yo (perdón, nos), madridista renegado, creía que me alegraría su victoria. (Nota: ya paso del plural mayestático, cansa mucho; para que luego digan que ser rey es fácil) Mas no. No me alegro. Tampoco estoy rabioso, ni envidioso. Estoy ligeramente entristecido. El motivo es que he visto lo que el fútbol es capaz de ofrecer. Todo es mejorable, etc, pero yo nunca había visto algo como lo del Barça este año. Me han enseñado el cielo y - como por otra parte cabía esperar - se parece demasiado a la tierra.
En fin, queda confirmado: el fútbol es una mierda, y sólo se sotiene por el forofismo. Ver cómo lo borda un equipo que no es el tuyo es como descubrir que tu mujer se ha convertido en la amante perfecta, pero eso sí, de otro. Uno puede encontrarle un cierto placer estético al observar sus evoluciones desde el armario entreabierto, o incluso sentirse orgulloso de que su esposa haya asimilado tan bien las lecciones que uno le impartió con infinita paciencia. Pero el orgasmo se lo está llevando puesto el butanero.

martes, 7 de abril de 2009

Buenas tardes

Yo les daré un pronóstico para el invierno: será largo, será frío y durará toda la vida.
Bill Murray (El día de la marmota)

Buenas tardes. No soporto que me hablen de la crisis. Me deprime y me quita el apetito. He perdido cuatro kilos. Los pantalones me quedan grandes. Mis ojeras se ahondan. Me enfado con Guti. No tiene sentido.

Soy un firme defensor de la realidad. Es el único sitio donde puedes comerte un buen cocido. Detesto el relativismo tipo Lionel_Hutz : la verdad, pero qué es la verdad y ustedes ya me entienden. No comprendo que la gente sea optimista o pesimista cuando puede limitarse a ser realista. Creo que el autoengaño es una fuerza poderosa al estilo del reverso tenebroso: nadie está libre y puede llevar al más pintado a la perdición.

A día de hoy cualquiera te explica la crisis. En el trabajo, por supuesto, pero también en el supermercado, en el bar de la esquina, en el autobús o en la comida dominical con los cuñados. Todo el mundo te la explica y todo el mundo aporta nuevos casos, nuevos detalles, un ángulo más oscuro. Si hay más de dos personas en la conversación, inevitablemente se genera una escalada en el pesimismo. Nadie se reserva un dato negativo o un caso truculento. Pero detecto que, en general, la gente no se agobia. No deja de ser conversación ligera, como si se hablara de fútbol. En un tiempo récord ha aparecido un nuevo y completo repertorio de tópicos. Por supuesto no están sólo en la calle, sino también en los medios.

A un tipo tan templado y maduro como yo, esto no debería afectarle. Es el mundo, es la vida. Mozo, otra cerveza. Vuelve la primavera, llega la Semana Santa, el Madrid cae en octavos. Hacemos planes para el verano, para el fin de semana, para la cena. A mi alrededor sigue la misma gente, el mismo paisaje. No debería afectarme. Pero mire usté, me afecta. ¿Es la incertidumbre? ¿Es la perspectiva de un cambio profundo? ¿Es la revelación de que las cosas no son como yo creía? ¿Es el miedo al fracaso? ¿Es que soy el único que se siente así? ¿El único que tiene la sensación de ser un subprime?

Lo reconozco, soy un subprime. Me vendí por más de lo que valía. Pero amigos, no estoy solo. A estas horas se está produciendo una crisis de gobierno. A un ejecutivo subprime le va a sustituir otro más subprime aún. Pero meterse con el gobierno es muy fácil. Miremos al PP. Le afloran los corruptos como activos tóxicos. Vayamos más lejos: mi partido, UPyD, se abstiene en la votación de Arantza Quiroga como presidenta del parlamento vasco. A ver si vamos a ser un poco subprime también. El Real Madrid lleva cinco años en quiebra futbolística. Estaba sobrevalorado porque había aprovechado el suicidio del Barcelona en las dos últimas ligas. Somos los Lehman Brothers del fútbol europeo. No hay español que no tenga un familiar (como poco en tercer grado) con un crédito por pagar y un solar por construir. El socio fundador de los Legionarios de Cristo tuvo un hijo ilegítimo. Las burbujas estallan a nuestro alrededor, en este mundo sutil, ingrávido y gentil.

Sí, el mundo ha resultado un sitio mucho más subprime de lo que pensábamos. ¿Qué hacer? No tengo ni idea, pero algo me dice que hay que cambiar. Detesto ser vago, pero es que estoy en crisis. No sé nada. Espero estar en proceso de saber. La idea es aceptar la crisis como algo inevitable, y en cierto modo, constante. Cuando más estable parece la realidad, es cuando se está fraguando la próxima crisis. Por supuesto, no hablo de economía. En política, hace tiempo que me di cuenta de que no existe una solución. El mejor sistema es el que mejor se adapta a los cambios, el que mejor articula la realidad de las cosas, y el peor el que pretende amoldar la realidad a un patrón idealizado. En fútbol, el mejor entrenador no es el que inventa un sistema infalible y pone a los jugadores a su servicio, sino el que acepta la plantilla que tiene y diseña el sistema que mejor se adapta a ella. En el póker, el perdedor es el que pretende deducir las cartas que van a salir a partir de las que salieron en manos anteriores. Ah, el póker, cómo lo echo de menos. El principal reto del jugador de póker es aceptar que sus cartas no van a ser las mejores de la mesa sólo porque él es él. Parece fácil, pero es muy difícil. Lo que trato de decir - generalizando sin compasión - es que no sabemos por dónde nos va a venir la próxima crisis, y que más nos vale ser flexibles.

Escribir me ayuda a ver las cosas de otro modo. Escribiendo me he dado cuenta de que pensaba cosas que ni siquiera pensaba que pensaba. Actualizaré este blog semanalmente (al menos) con lo que se me vaya ocurriendo. Tratará de mis modestas cositas: política, religión, lieteratura, epistemología, baloncesto. En fin, de lo que sea. Si os apetece podéis leerlo de vez en cuando. De hecho lo escribo para que alguien lo lea, pero que nadie se sienta presionado. Si queréis colaborar podéis hacerlo en los comentarios o mandándome por email lo que queráis que se publique, y así se hará.

Saludados.